Me llegó la idea de escribir este artículo hace un tiempo, cuando todavía no me había graduado y tenía que escribir mi tesis final.
¿Te ha pasado? ¿Alguna vez te has encontrado en uno de esos días en los que no quieres hacer nada, absolutamente nada? Bueno, a mi sí. Lo malo es que me pasa cuando tengo mil otras cosas por hacer, lo bueno es que encuentro puras joyitas.
Esta vez mi intención era descansar un ratito para luego seguir escribiendo mi trabajo de tesis… se me pegó el ratito mexicano y acabé haciendo binge-watching de la serie El Internado: Las Cumbres, la primera temporada está disponibile en Amazon Prime Video.
En la espera de la segunda temporada, que ahora está en rodaje, siento la necesidad de analizar un poquito lo que pasa por ahí en las cumbres.
No quiero hacer spoilers, pero sí, te voy a decir lo que sirva para llamar tu atención.
ME MEREZCO EL CASTIGO RECIBIDO Y PROMETO NO VOLVER A VIOLAR LAS NORMAS
La historia está ambientada en un internado en España del norte, los protagonistas son alumnos y alumnas, adolescentes abandonados por todos, por ser inútiles e insignificantes. Todo mundo intenta hacer lo que pueda para que las “escorias” se convenzan de no valer la pena, para que se dejen morir sin emociones, sin vida.
Pero los chicos y chicas del internado no son para nada escorias, son valientes, y bien lo sabe el maestro de latín, el fraile Elías: él es el único que confía en estas almas, el único que nunca olvida que solo son seres humanos con emociones, miedos, preguntas, y que están en busca de sí mismos. Elías, consciente de la dureza de la vida y de las reglas impuestas a los alumnos, a menudo se cuestiona sobre la coexistencia del bien y del mal y del porqué pasan ciertas cosas.
No sé si, en algún momento de tu vida, te ha pasado tener un profesor que grite y luche por ti cuando tú ya no puedas hacerlo. A mí sí, se siente chingón. Elías es el profesor que merecemos, todos. Las últimas palabras que les dedica a sus alumnos, son – al mismo tiempo – enseñanza y advertencia: no les permitas juzgarte, hacerte creer que no sirves para nada, tampoco que eres un ser no querido, el último de la fila.
Como prueba de ello, las acciones y el coraje de los alumnos.
Como dijo nuestro amado Dante Alighieri, l’amor che move il sole e l’altre stelle, es decir, que es el amor la fuerza motriz de todo lo que hacemos: amistad, pasión, hasta el odio, todo está gobernado y decidido por el amor: Amaia nunca para de buscar a su querido Manu, Paul decide no escaparse del internado por amor a su hermanita Adéle. Así como Paz, media naranja de Amaia, Eric y Julio que tampoco dejarán de ayudar a sus amigos en la búsqueda de Manu, y más en general de uno mismo.
En el internado nada ni nadie es lo que parece, hay muchas mentiras y verdades escondidas, no hay libertad y nunca sabes con quién puedes contar. A pesar de todo esto, lxs alumnxs se ayudan el uno al otro.
Una de las revelaciones más mindblowing de la serie es la hermandad que se creará entre dos Mujeres: Amaia e Inés, aunque al principio no se entendían, ni siquiera lo intentaban. De hecho Amaia, casi se porta como bully con Inés.
La juzga por ser solitaria, la incita a que hable, pero en algunos momentos los comportamientos de Amaia, aunque sean fuertes y de mujer empoderada, parecen un grito para llamar la atención. Amaia es rebelde, fuerte y frágil al mismo tiempo.
Inés, aunque aparenta vivir en un mundo suyo, sin espacio para los demás, es una chica que trae consigo recuerdos olvidados y el peso de no saber quién es. No permite que nadie se le acerque para proteger lo único que tiene: su ahora.
Las dos aman mucho y cada una con su propia personalidad protege lo que ama.
Adéle, hermanita de Paul, es el personaje cuya evolución más me dejó sin palabras. Tan pequeña y con un amor muy grande hacia su hermano mayor, su guía, casi celosa de la amistad entre Paul y Amaia. El celo debido al miedo a quedarse sola en aquel lugar triste y frío. Adéle crece, fuerte de su fragilidad, y empieza a ver las cosas de manera diferente. Su mirada final en la primera temporada está impresa en mi mente y creo que en la próxima temporada nos regalará momentos muy fuertes.
Paul es un personaje importante. Ama sus amigxs, su mayor motivación, es atento, inteligente, tiene su refugio en los libros y en las palabras, su mirada observa toda la realidad a su alrededor, también la que está escondida… Lo amo, de verás estoy enamorada de su personaje (y podría también del real, just sayin’) pero a pesar de todo estoy segura de que sin Adéle, Amaia y Manu no hubiera sido lo mismo.
Manu, tan presente en las mentes y en los corazones de todxs, a pesar de que desapareció. Enamorado de Amaia, fiel amigo de Paul. A pesar de que en la primera temporada se vea muy poco, ahí está. Fuerte, rebelde, a veces peca de arrogancia y quién sabe a qué se debe.
El amor… La directora del internado Mara, el papá de Inés Dario, el profesor de gimnástica Mario, Julio Eric y Paz, Amaia, Inés, Paul y Adéle, la pequeña Rita, Elías, la profesora de ciencias Elvira… Todos los personajes actúan por amor.
¡Definí el amor! Uf, lo qué tú quieras que sea el amor para ti. Cada uno tiene su propia manera de vivirlo, experimentarlo y expresarlo. La mirada de cada uno cambia hacia ello, según lo que nos enseñan y lo que vemos.
La primera temporada me dio demasiado, pude identificarme con casi todxs lxs protagonistas y… Lloré.
Cada uno puede encontrar en sí mismo la dulzura de Adéle, la fragilidad de Inés, la pasión de Amaia, la introspectividad de Paul, la lealtad de Paz, la ligereza inteligente de Eric y Julio, la determinación de Manu, la fe de Elías, la dureza de Mario, la protección de Dario, el puño tan firme como débil de Mara, la fieldad a su propio trabajo de Elvira.
Y podríamos buscar – ¡y encontrarlos! – adjetivos sin fin.
El internado nos pone frente a la realidad de la vida: te comprometes, tomas decisiones y al final eres tú quién elige cuál vía seguir.
Te ofrecen posibilidades pero tú eliges; y puedes eligir conscientemente si te encuentras las personas correctas que te ayuden en ello.
P.D. Ojalá y con la segunda temporada los pueda entrevistar ¡díganme que sí!
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